El gingko biloba del Jardín Botánico de Granada.

 Martes, 23 de Noviembre/2021.



Paseando por el centro histórico de Granada en busca de gingkos bilobas


Plaza de Los Lobos

Patio renacentista del Convento de La Piedad, de las dominicas. Visión desde la puerta que da a la Plaza de los Lobos.

Restos de las vías del tranvia en Calle Málaga, cerca del Jardín Botánico. 

Portada de la pequeña iglesia del Convento de la Piedad que da a la Calle Málaga justo antes del Jardín Botánico de la Facultad de Derecho, en Granada.

 

Convento de la Piedad. 

Se trata de uno de los conventos más desconocidos del centro de Granada. Este pequeño y austero convento se encuentra entre la Plaza de Los Lobos y el Jardín Botánico de la Universidad de Derecho. Fué fundado en 1590 por la esposa del duque de Sessa, la marquesa de Camarasa, Doña María Sarmiento de los Cobos de Mendoza, en una de sus propiedades, en la actual Calle Duquesa. Pudo contar con seis monjas dominicas que se trajo desde el convento de Clausura de Baena. La composición y arquitectura del edificio conventual corresponde a la configuración palatina granadina del quinientos, al tratarse de un antiguo palacio de la marquesa de Camarasa.



Tiene su encanto pasear por el centro de Granada en Noviembre buscando gingkos bilobas, y como no, ello conlleva poder visitar el más grande que  tiene nuestra ciudad. Este gingko biloba es majestuoso, misterioso, espectacular, y está muy bien cuidado. Además resulta entrañable por su especial vínculo con la escritora granadina Elena Martín Vivaldi. 


"Un árbol. Bien. Amarillo / de otoño. Y esplendoroso / se abre al cielo, codicioso / de más luz. Grita su brillo / hacia el jardín. Y sencillo, / libre, su color derrama / frente al azul."
La poetisa Elena Martín Vivaldi,  dedicó un poema a este fascinante ginkgo biloba del Jardín Botánico de Granada. Este ejemplar es la envidia del resto de árboles del jardín. 








Hasta los años sesenta, este ginkgo plantado en 1889 fue el único existente en Granada. La base de su tronco ronda hoy el metro de diámetro y su altura supera al contiguo edificio de la Facultad de Derecho.


Es un fósil viviente. Sus parientes más lejanos proliferaron en el Paleozoico, cien millones de años antes de la extinción de los dinosaurios. Con el paso del tiempo fueron desapareciendo y han conseguido sobrevivir  gracias al cuidado del hombre, puesto que en Oriente los considera árboles sagrados desde el siglo IX.


Los ginkgos son originarios de China. Para Occidente fueron descubiertos en 1690. En Europa se les conoció como "árboles de las pagodas". Fueron importados como árboles ornamentales. Son caducifolios y la forma de sus hojas divididas en lóbulos recuerda a la de un abanico. El fruto, blaquecino y del tamaño de una cereza, es tóxico y se descompone rápidamente produciendo un olor nauseabundo. Algo que no impidió a los poetas orientales calificarlos como "albaricoques de plata". Cada fruto encierra una semilla parecida a un pistacho, muy apreciada en Oriente donde se la conoce como "nuez de ginkgo". A España no llegaron hasta finales del siglo XIX. Fueron plantados como rarezas vegetales en los jardines botánicos. Hoy se conservan ejemplares notables en los de Madrid, Monforte (Valencia) y en lo que fue el jardín botánico de Málaga. El ginkgo de Granada es uno de los más antiguos de España y, hasta que fue plantado otro en la Facultad de Farmacia y una hilera de gingkos bilobas en el Parque García Lorca, el único de nuestra provincia.



Hasta los años sesenta, este ginkgo plantado en 1889 fue el único existente en Granada. La base de su tronco ronda hoy el metro de diámetro y su altura supera, con mucho, el contiguo edificio de la Facultad de Derecho. Lo que atrajo a Martín Vivaldi de este árbol, además de su belleza, fue el halo de misterio oriental que envuelve a la especie.












Palacio de lo Vargas. Antigua Casa de la familia Salazar

 Este viejo edificio se remonta al siglo XVI, poco tiempo después de la entrega de la ciudad de Granada por parte de Boabdil a los Reyes Católicos, cuando vinieron a Granada familias nobles procedentes de tierras castellano-aragonesas que construyeron sus casas y palacetes en una ciudad con un plan urbanístico de clara tradición islámica(adarves, voladizos, callejuelas estrechas y en recodo, empedrados, callejones sin salida, etc). 



Este edificio no fue siempre el Palacio de los Vargas, puesto que la familia constructora de la residencia fue otra, la Salazar, lo cual viene explicado en la heráldica de la fachada. 


Con el cambio de propiedad, el palacio fue ampliándose a con la adquisición de terrenos adyacentes, dejando así la nueva familia su impronta y sello en la construcción. De ahí importancia de las heráldicas que vemos en nuestros edificios.

Parece que fue Juan Muñoz de Salazar, el artífice del Palacio de los Salazar en el siglo XVI. Esta zona de la ciudad aún hoy en pleno siglo XXI sigue manteniendo su trama medieval islámica. El apellido Salazar, que se identifica por trece estrellas de oro en campo de gules, aparece en los blasones que se sitúan a ambos lados sobre el arco campanel de la entrada principal del palacio y sobre esta, documentada como del año 1626. El interés de estos blasones radica en que el apellido aparece en ambos casos acompañado de otros, que son sus alianzas





A lo largo de los siglos XVIII y XIX  la heráldica de los Salazar desaparecerá de los escudos nuevos que se colocan en el palacio, especialmente en el interior, pasando a predominar el apellido Vargas. Estas obras de remodelación tienen  lugar a principios del siglo XVIII coincidiendo con las alianzas entre los dos linajes, y se quiso desarrollar un programa de palacio único, que incluiría entre otras cosas el anexo que vemos a la izquierda del Palacio


La zona de la calle Horno de Marina, donde se sitúa el palacio y sus aledaños es una de las zonas del centro histórico de Granada más dejadas y abandonas. En pleno centro  histórico, las estrechas callejuelas rodeadas de calles más anchas así como de amplias plazas y zonas verdes también de construcción posterior : Plaza de la Trinidad, Plaza de la Romanilla, Jardín Botánico de la Universidad de Granada y Plaza de los Lobos, hacen que esta zona sea objeto  de acumulación de suciedad y poco paso de transeúntes  por lo cual fácilmente se vienen realizando actividades poco cívicas, lo cual se percibe rápidamente en el estado del palacio en su exterior, si bien el interior del cuerpo principal del inmueble no estaba en malas condiciones hasta hace unos años. La ampliación anexa que hiciera ya la familia Vargas, presenta un estado realmente preocupante.
Se quiso poner fin y solución a este triste abandono en el año 2008 a través de una iniciativa de restauración y rehabilitación integral del palacio para convertirlo en un hotel de cuatro estrellas de la cadena Hoteles Casas y Palacios de España. La iniciativa venía de los propios propietarios de la casa señorial, y contemplaba  además la integración de doce edificios colindantes de la misma manzana, lo cual suponía una modificación del Plan Integral debido a que las parcelas ocupadas por esos inmuebles eran de uso residencial, además de un aparcamiento subterráneo. Lamentablemente, por falta de recursos económicos y por la coincidencia con el inicio de la crisis inmobiliaria y financiera, el proyecto quedó aparcado y nada se sabe. Más recientemente, en el año 2013 el edificio sufre un incendio germen de los ocupas ilegales que lo habitaban. Se dio orden inmediata a los propietarios de adoptar medidas urgentes para frenar los factores de deterioro, como apuntalar el edificio.





Mercado de San Agustín. 

El Mercado de San Agustín se encuentra en el centro de Granada, muy cerca de la Catadral y de la Plaza de la Romanilla. Está situado en el solar donde estaba el Convento de San Agustín. Este convento fue construido entre 1553 y 1593. Albergaba una talla de San Agustín a la que se le atribuían milagros y que se exponía al público todos los viernes. El Convento fue ocupado durante la invasión napoleónica lo que lo dejó muy maltrecho. Finalmente, con la exclaustración el convento se abandonó y se derribó en 1837. La imagen de San Agustín se sigue venerando en el Convento del Santo Ángel Custodio. Aprovechando el solar dejado por el convento, algunos puestos de los cercanos mercados de Capuchinas y Pescadería fueron ocupando el espacio libre. En 1871, la Plaza de San Agustín sufrió un incendio. Esto propició una reutilización del espacio, alineando y ensanchando algunas calles y ampliando el cercano Mercado de Capuchinas.







La Gran Via de Granada preciosa con los tonos amarillos de los gingkos bilobas que la recorren. 



Mercado de San Agustín 

En 1881, el alcalde de la ciudad Mariano de Zayas Madrid, ordenó la construcción del Mercado de San Agustín. En 1936 se reformaría alcanzando su máximo protagonismo a principios de los años 70, cuando se derribaron los mercados de Capuchinas y Pescadería. El Mercado de San Agustín quedó antiguo y obsoleto, y se demolió en 1988, trasladándose los puestos a un mercado provisional, en el espacio que actualmente ocupa el Centro García Lorca. En 1998 se reabrió el mercado en su antigua ubicación. Se construyó en los bajos un parking subterráneo. Durante las obras de excavación se encontraron unos baños árabes en la vecina calle Mercaderes. 



Centro Federico García Lorca en la Plaza de La Romanilla, en Granada. 





Plaza Trinidad








"Casa Oliver"Antigua tienda de frutos secos y frutas deshidratadas a granel, vinos y más variedad de productos exquisitos, situada en la Plaza Trinidad. 





Me dirijo a mi coche aparcado en la calle Pintor López Mezquita, una bocacalle de Pedro Antonio de Alarcón. 

Ha sido una gratificante exploración en busca de los colores del otoño en una fría pero soleada mañana en el centro histórico de Granada. 


Fotos de Meps!! 

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