Salobreña, en las faldas de su Castillo.
Sábado, 14 de Mayo de 2022
Explorando Salobreña, en las faldas de su castillo.
Este bonito pueblo de la costa de Granada, ha destacado siempre a lo lejos por la blancura de sus casas, pero las lluvias del Sahara de hace un mes, lo han dejado de color canela. Ya se van viendo, al pasear por sus calles, como los propietarios están liados con la cal blanqueando sus casas para volver a recuperar el lustre característico y tan fotográfico de su bello pueblo. A pesar de ser un día exagerado de calima para el mes de mayo, decidí pasearme por sus calles, explorando las faldas del legendario Castillo de Salobreña.
El cerro en el que ahora se asienta el Castillo de Salobreña, ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de la historia. Hay vestigios desde la época prehistórica, y por supuesto, púnicos y romanos también dejaron su huella, pero los restos arqueológicos de la etapas Andalusí y de la Edad Moderna son los que perduran actualmente en la fortaleza.
El castillo alcanza una altitud de 73 metros sobre el nivel del mar y se halla separado de la línea del mar unos 500 metros, lo que no siempre fue así. En la Edad Media, el mar llegaba hasta la base del promontorio sobre el que se asienta la ciudad y el castillo.
La importancia de la Salobreña andalusí se inicia en el siglo X, siendo abundantes las noticias y hechos en los que aparece referida hasta el siglo XII. No obstante, será durante el Sultanato nazarí (siglos XIII-XV), cuando adquiere relevancia a nivel político y militar, sirviendo su alcazaba, desde finales del siglo XIV, como lugar de descanso del sultán y prisión para los miembros de su familia que fueron cayendo en desgracia.
Entre los personajes más importantes que sufrieron cautiverio destacan: Yusuf III, quién pasó allí casi once años de su vida, desde finales del siglo XIV a 1408. Muhammad VIII, que fue ejecutado en la Alcazaba en 1431 por mandato de su tío Muhammad IX el Zurdo, que previamente también estuvo recluido en ella. A finales del siglo XV, Muley Hacem arrebata el trono a su padre Abu Nasr Sa`d y lo recluye en Salobreña, donde fallece al poco tiempo. El propio Muley Hacem, fallece en 1485 en la alcazaba de Salobreña acompañado de su esposa Zoraya y sus dos hijos, según diversos cronistas.
Con la toma de Salobreña por los Reyes Católicos en 1489, la alcazaba de Salobreña perdió su carácter de residencia y prisión real y comenzaron grandes reformas para la adaptación de la fortaleza a las nuevas exigencias militares, surgidas por el uso de la artillería. El comendador maestre Ramiro López, artillero mayor e ingeniero, fue el encargado de realizar las obras de fortificación, creando una barrera de artillería orientada hacia la ciudad. Dichas obras se realizaron hasta el siglo XVIII para adaptarla a los avances de la artillería.
Durante la segunda mitad del siglo XX, se realizan las primeras intervenciones de recuperación del Castillo.Se redactaron cinco proyectos para la consolidación y restauración del castillo, que se encontraba en estado total de ruina.
Las obras principales tuvieron por objeto la reconstrucción de los tramos de muralla que habían desaparecido y la recuperación del cerramiento de fachada de algunas torres de la fortaleza. Además de las intervenciones de carácter arquitectónico, durante las últimas décadas del siglo XX el castillo se utilizó para la celebración de diversas actividades culturales. Con este fin se fueron adaptando diversas zonas del mismo, construyéndose escenarios y plataformas para el acomodo de los espectadores. Albergo en la década de los 80 un león, de nombre Jimmy, que llegó a ser muy popular en la zona.
El proyecto desarrollado durante los años 2014-2015 ha tratado de potenciar sus valores históricos, arqueológicos y arquitectónicos recuperando las construcciones de los periodos más notables: Edad Media, Edad Moderna y siglo XVIII. Resultando uno de sus aspectos más destacados la excavación y revalorización del baño de la zona palatina.
Fin
Fotos de Meps (Maria Elia Pertiñez Soria).
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