Me encanta los días como hoy, en que tomo rumbo hacía un pueblo desconocido para mi, enteramente por descubrir y explorar. Resulta una experiencia gratificante y más cuando se trata de un enclave espectacular, con tantos vestigios arqueológicos que admirar.
En Sabiote se han encontrado vestigios de la Edad de Bronce. Se trata de una tumba hallada en el paraje de la Cobatilla, lo que pone de manifiesto la cantidad de años que esta zona ha estado habitada.
Por aquí pasaron también los romanos y los visigodos tras ellos, pero lo realmente interesante fue la llegada de los musulmanes a principios del siglo VIII.
Sabiote era un pequeño refugio, llamado Hisn en árabe, para los nuevos pobladores de la zona. Esta pequeña fortaleza se reforzó durante la fitna, la guerra civil que supuso el final del Califato de Córdoba, allá por el siglo XI. Los omeyas pasaron al poder y Sabiote paso a ser parte de la región que dominaba la ciudad de Úbeda.
Los cristianos avanzaban cada vez más hacia el sur, y esto provocó que muchos musulmanes fueran bajando hacia la zona que hoy ocupan Úbeda, Baeza y Sabiote. Fue en este momento cuando Sabiote sufrió una explosión demográfica apareciendo nuevos barrios como Cuesta Molina o el famoso Albaicín de Sabiote.
La llegada de los cristianos fue inevitable, que al mando de Fernando III conquistaron Sabiote en 1229, convirtiéndolo en Fuero Conquense al igual que sus vecinas para repoblar la zona con habitantes cristianos.
Ya en el año 1257 el rey Alfonso X dio a Sabiote el título de “muy leal villa” y la entregó a la orden militar de Calatrava.
La llegada de nuevos habitantes produjo otra expansión de la ciudad, que a su vez amplió sus fortificaciones con murallas. Estas constaban de 5 puertas: la del Canal, la de San Sebastián, la de los Santos, la del Tejar y la de la Villa.
Ya en el siglo XVI, en época del emperador Carlos I, la orden de Calatrava es despojada de sus poderes y la villa es vendida al secretario de Carlos I, Francisco de los Cobos, que ya se había asentado en Úbeda y gozaba de una gran riqueza que se feflejaba en sus palacios renacentistas.
En el siglo XVII toda la región entra en decadencia
La Iglesia de San Pedro Apóstol de Sabiote, está en el mismo emplazamiento donde anteriormente estuvo otro templo de reducidas dimensiones. Las obras de la iglesia se iniciaron en 1577, la construcción de la parroquia fue dirigida por Alonso Barba (discípulo de Andrés de Vandelvira), a lo largo de la edificación intervinieron otros arquitectos como Juan de Madrid y Alonso de Vandelvira, así mismo Diego de Alcázar. El santuario no quedó acabado hasta el año 1591 debido a
la falta de recursos económicos. La torre comenzada a levantarse en el siglo XVII sobre 1619, obra de Juan de Aranda y Salazar. A lo largo de la historia ha sufrido varias reformas. En 1936 experimentó una devastación, la parroquia fue convertida en casa de vecinos, las capillas en cuadras para animales, por último, cochera y almacén de maquinaria agrícola. En 1939 la iglesia volvió a abrir al culto. En 1954 quedó acabado el retablo de estilo barroco que preside el altar mayor, obra de Francisco Palma Burgos y en 1955 el sagrario y altar.
la Plaza Alonso de Vandelvira, ubicada en el centro del casco viejo del pueblo. En ella se encuentra el busto de Alonso Vandelvira, como homenaje a su trabajo arquitectónico en Sabiote, y conmemorando el hecho de que la familia Vandelvira, hizo vida y obra en el pueblo y en general en todo Jaén.
Los Torreones del Paseo Gallego Díaz, aquí se pueden ver dos de los torreones que aún se conservan en Sabiote, situados entre otros edificios, presentando un buen estado de conservación. La dirección es Paseo Gallego Díaz.
El Arco Nuevo, su nombre fue puesto por ser el último arco abierto en la muralla urbana de Sabiote en el año 1846, siendo una de las seis puertas que se conservan del recinto amurallado que protegía la villa, en el arco se puede ver una hornacina con la imagen de la Virgen Inmaculada Concepción. Está bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. El acceso es gratuito, espacio
al aire libre.
El Convento de las Carmelitas Descalzas, fundado en 1584 por Francisco de los Cobos y su esposa María de Mendoza. La edificación se vio financiada parcialmente por el concejo local, estuvo bajo la protección de los marqueses de Camarasa al adquirir estos la villa de Francisco de los Cobos y pasó a ser propiedad privada tras el proceso de desamortización de Mendizábal. El convento lo trazó Alonso de Vandelvira, es de estilo renacentista. Hoy en día aún conserva un claustro de arcadas de medio punto y columnas dóricas, proyectado por Alonso de Vandelvira y Luna en 1586. La Iglesia de Santa María, fue edificada sobra otra anterior, bajo la advocación de Santa María, templo de una sola nave sin crucero, con anteprebisterio cubierto de media naranja y capillas en nicho. Hoy el convento es propiedad del Ayuntamiento de Sabiote entre 2009-2010 lo rehabilitó para albergar en él la Casa de la Cultura. Está en la Calle Virgen del Carmen.
La Puerta de Santa María, llamada así por los caballeros de Calatrava, debido a dar paso a la Iglesia de Santa María del Cortijo. De dicho templo hoy únicamente se conservan los restos frente a la fortificación. En la actualidad de la puerta solo queda el hueco. En el pasado fue una de las más importantes y de más tránsito que tuvo Sabiote. Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
La Fuente de la Puerta de la Canal, de origen árabe, esta en el pasado abasteció de agua a la mayoría de habitantes del viejo Albaicín. Localizada al norte de la población. Según la tradición, por aquí pasaros Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz cuando venían de Beas de Segura con motivo de la fundación del Monasterio de Carmelitas.
El castillo de Sabiote construido en el siglo XIII, su singularidad se la da el hecho de estar construido en el cerro de la Loma, punto desde el que se divisa todo el horizonte. A pesar de su dureza, el paso de los años y las guerras lo dañó, hasta que llegó Francisco de Cobos a la ciudad con todas sus riquezas. Fue en este momento cuando le encarga al conocido arquitecto Andrés de Vandelvira la transformación de la fortaleza, que es como la podemos conocer y en día.
La Ermita de San Ginés de la Jara, el templo que hoy podemos ver es del siglo XVIII, quedó inaugurado en 1763, dedicado al patrón de la Villa. Edificado sobre otro anterior, construido por los árabes en el siglo XII. Fue edificado por José Gallego y Oviedo del Portal. Para la construcción fue necesario la aportación económica del Concejo y donaciones de los fieles. Posee una portada de medio punto y frontón triangular. En su interior llama la atención el camarín del patrón, es de estilo rococó y está decorado con pinturas al fresco. Localizado a la salida del Pueblo
Comentarios