La noble y leal ciudad de Alcalá La Real
Sábado, 13 de enero de 2024
En campo de gules,
una llave de oro...
La noble y leal ciudad de Alcalá la Real está situada al sur de la provincia de Jaén, en la confluencia con las de Córdoba y Granada, sobre una amplia meseta dominada por el Cerro de la Mota, en una comarca montañosa cubierta de olivares.
A los pies de la famosa Fortaleza de la Mota, Monumento Nacional desde 1931, se extiende la ciudad de Alcalá la Real, con su estructura urbana de origen árabe, sus calles empinadas a rebosar de casas, iglesias,detalles arquitectónicos, fuentes, etc, que muestran su esplendor y su rico pasado histórico. La Iglesia de la Consolación, la de Santo Domingo, la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, la Iglesia de San Juan Bautista, el Palacio Abacial, el Ayuntamiento y la Fuente del Pilar de los Álamos son ejemplo de ello.
Desde el mirador del barrio de Las Cruces podemos disfrutar de una magnífica vista de Alcalá la Real y su antigua ciudad fortificada.
El hallazgo de numerosos restos arqueológicos atestiguan la presencia del hombre en la zona desde la prehistoria. De época romana se han encontrado numerosas inscripciones con los nombres de Ipocobulcola o iliturgicola, que podrían haber sido los primeros topónimos de Alcalá la Real. Entre numerosos restos encontrados, destacamos una pequeña escultura de mármol que representa a Hércules.
Bajo el dominio musulmán, en el año 713, se empieza a tener noticias de Alcalá, con el nombre de Qal'at Astalir, configurándose como ciudad fortificada en la cima del Cerro de la Mota. En el siglo XI, quedaría incluida en el reino Zirí de Granada. En el siglo XII, se constituye como señorío independiente bajo el mandato de la familia Banu Said, siendo ésta la época de mayor esplendor de la historia musulmana de Alcalá, que empezaría a ser conocida como Qal'at Banu Said, o Alcalá de Benzaide, para las fuentes cristianas.
La conquista cristiana fue llevada a cabo por el rey Alfonso XI en el año 1341. Éste le concede el título de Real que lleva en su nombre y el privilegio de fundar una abadía de Patronato Real.
Tras la conquista de la ciudad, Alcalá jugará un papel muy importante, como zona fronteriza, en la toma del Reino de Granada.
El título de ciudad se lo concede Juan II en el año 1432. El rey Enrique IV le da el título de "noble y leal" y los Reyes Católicos le conceden el de "Llave, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla".
Finalizada la reconquista del reino de Granada, los alcalaínos dejarán atrás la seguridad de las murallas de la fortaleza, que se irá paulatinamente despoblando, ocupando la ladera oriental del Cerro de la Mota hasta llegar al llano y ascender por el Cerro de Las Cruces, situado frente al primero, y separados por el "Llanillo", nombre que hace referencia a la topografía del terreno: un llano situado entre dos cerros.
Comentarios